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¿Y sobre el calostro quién nos habla?

Un tiempo se pensó que no tenía caso darle el pecho al bebé los primeros días sino hasta que “bajara la leche materna”,y , durante su estancia en el hospital se le ofrecían al bebé biberones con suero glucosado o formulas lácteas. En muchas ocasiones estos suplementos pueden producir problemas estomacales e incomodidades al bebé así como la distensión de su estomago por ser tan pequeño. Otro problema es que el bebé se acostumbra a la succión del biberón y, si no batallaba para prenderse y succionar del seno lo rechaza.

Debido a los estudios se sabe que hay cosas muy importantes sobre el calostro como para privar al bebé y a la madre de sus beneficios.

Estas  son algunas cosas importantes a considerar sobre la primera leche que tiene por nombre calostro:

  • A las madres les ayuda a acelerar el regreso del útero a su tamaño normal evitando  así sangrados vaginales abundantes contrayendo el útero mientras se amamanta, es por eso que se pueden sentir cólicos mientras se ofrece el seno al bebé.Tamaño del estómago del bebe
  • Es calostro es un liquido parecido al liquido amniótico, sustancia que en el útero que traga el bebé en el embarazo. Esta similitud de líquidos le da una familiar y cálida bienvenida al  bebé.
  • Los primeros días el estómago de un recién nacido es del tamaño de una canica, lo que quiere decir que puede contener menos de un cuarto de onza de leche. Las dosis pequeñas de calostro son suficientes para el bebé.
  • Sus propiedades laxantes hacen que el bebé tenga un vaciamiento rápido, esto puede estimular su apetito así es que es normal que lo pida de manera frecuente. Este efecto laxante estimula la salida del meconio, materia fecal que se acumula en el colon durante la gestación del bebé.  Estas primeras evacuaciones del bebé son oscuras. Al ser expulsado el meconio del intestino, el estómago del bebé crece al tamaño de su muñeca.
  • Este crecimiento ocurre los primeros tres días a cinco días de vida, mismos en que tarda en bajar la leche materna.
  • Es rico en inmunoglobulinas, que son las que dan protección a los bebés contra virus, infecciones y toxinas, igual que lo seguirá haciendo más adelante la leche madura.
  • El calostro recubre las paredes del  tracto intestinal del bebé, lo cual  defiende al bebé de virus y bacterias al no permitir que patógenos se adhieran a ellas. Algunas de estas increíbles inmunoglobulinas atacan patógenos y los matan.
  • Contiene alrededor de tres veces más proteínas que la leche humana madura. Estas importantes proteínas ayudan a proveer a los recién nacidos de una nutrición óptima a la vez que los defienden contra las infecciones y facilitan el desarrollo de importantes funciones fisiológicas
  • Por lo general NO se escuchan los tragos del bebé mientras succiona el calostro.

Según el obstetra francés Michael Odent, la hormona oxitocina tiene una conducta tímida. Esta hormona es la encargada de la salida del calostro del seno. El contacto piel con piel de la madre con su bebé ayuda a liberar esta hormona. Es muy probable que debido a esto a algunas  madres  que son separadas de sus bebés les resulte difícil la extracción del calostro con sacaleches , sobretodo si hay dolor.

El bebé que se prende y succiona del seno extrae esta valiosa sustancia aunque no sea muy evidente o visible ya que su color tiende a ser transparente. Abrazar al bebé confiando en esta naturaleza materna diseñada para protegerlos desde el inicio es lo ideal para ofrecer esta sustancia muy rica en nutrición y anticuerpos la cual  llamo “La aromaterapia de la leche materna”.

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Mi hijo Especial…sobre el artículo de de Emily Pearl Kinsgley

 Aunque al principio el panorama parezca negro y nada te consuele , el tiempo y ese hij@ mismo se encargará de explicarte su misión y el propósito de pasar por este mundo. El saber que eres o serás padre o madre de un hijo especial no te prepara para  la experiencia por la que tendrás que vivir, pero gracias a estos niños y a padres como tu el mundo  tiene un balance.

Me siento muy afortunada de ser parte de esto y de que mi madre me haya mostrado de la mejor forma de vivir esta experiencia criando a mi hermana Gaby.

Como mamá de una hija con dificultades de aprendizaje les comparto un articulo que me encantó de Emily Pearl.

«Me piden a menudo que describa la experiencia de criar y educar a un niño con una deficiencia. Para ayudar a la gente que no ha tenido esta experiencia tan especial a comprenderlo y a imaginarse como es, es algo así….Cuando estás esperando un niño, es como planificar un maravilloso viaje de vacaciones a Italia. Te compras un montón de guías de viaje y haces planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia… Incluso aprendes algunas frases útiles en italiano. Todo es muy emocionante.

Después de meses esperando con ilusión, llega por fin el día. Haces tus maletas y sales de viaje. Algunas horas más tarde, el avión aterriza. La azafata viene y te dice «Bienvenido a Holanda» ¿Holanda? dices. ¿Qué quiere Ud. decir con Holanda? ¡Yo contraté un viaje a Italia! ¡Tendría que estar en Italia! ¡Toda mi vida he soñado con ir a Italia!

Pero ha habido un cambio en el plan de viaje. Han aterrizado en Holanda y tienes que quedarte allí. Lo más importante es que no te han llevado a un sitio horrible, asqueroso, llenos de malos olores, hambre y enfermedades. Simplemente, es un sitio diferente.

Por lo tanto, tienes que salir y comprarte nuevas guías de viaje. Y debes aprender un idioma completamente nuevo. Y conocerás a gente totalmente nueva, que no hubieras conocido nunca. Es simplemente un lugar distinto. Es más tranquilo que Italia, menos excitante que Italia. Pero después de haber pasado un cierto tiempo allí y de recobrar tu aliento, miras a tu alrededor y empiezas a darte cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, Holanda tiene tulipanes. Holanda tiene incluso Rembrandts.

Al mismo tiempo, toda la gente que conoces a tu alrededor está muy ocupada yendo y viniendo de Italia, y están todos presumiendo de lo bien que se lo han pasado allí. Y durante el resto de tu vida, te dirás a ti mismo: «Sí, allí es donde yo debería haber ido. Eso es lo que había planeado» Y el dolor nunca, nunca desaparecerá del todo, porque la pérdida de ese sueño es una pérdida muy significativa.
Pero si te pasas la vida lamentándote por el hecho de no haber podido visitar Italia, es posible que nunca te sientas lo suficientemente libre como para disfrutar de las cosas tan especiales y tan encantadoras que tiene Holanda.»

Ya llevo más de una década en Holanda. Se ha convertido en mi hogar. He tenido tiempo para recobrar el aliento, para establecerme y acomodarme, y para aceptar algo diferente a lo que había planificado.

Mirando atrás, reflexiono sobre los años cuando recién arribé a Holanda. Recuerdo con claridad el golpe emocional, mi temor, mi ira – el dolor y la incertidumbre. Durante esos primeros años, traté de regresar a Italia, tal como lo había planeado, pero fue en Holanda que debí permanecer. Hoy en día, puedo decir lo mucho que he andado en este viaje inesperado. He aprendido tanto. Pero, este recorrido ha tomado su tiempo.

Trabajé duro. Compré nuevas guías de viaje. Aprendí un nuevo idioma y lentamente hallé mi camino en esta nueva tierra. Conocí a otras personas cuyos planes cambiaron, al igual que los míos, y que podían compartir mi experiencia. Nos apoyamos mutuamente y algunos se han convertido en amigos muy especiales.

Algunos de estos compañeros de viaje llevaban más tiempo que yo en Holanda y resultaron ser guías veteranos, ayudándome a lo largo del camino. Muchos me han alentado. Muchos me han enseñado a abrir mis ojos a las maravillas que pueden contemplarse en esta nueva tierra. He descubierto una comunidad que se preocupa. Holanda no era tan mala. Creo que Holanda está acostumbrada a viajeros extraviados, como yo, y se ha tornado en una tierra hospitalaria, que extiende la mano para dar la bienvenida, ayudar y apoyar a recién llegados como yo.

A lo largo de los años, me he preguntado cómo hubiera sido mi vida si hubiera aterrizado en Italia, como lo planifiqué. ¿Hubiera sido más fácil? ¿Hubiera sido tan enriquecedora? ¿Hubiera aprendido yo algunas de las lecciones tan importantes que he llegado a asimilar?

Cierto, este viaje ha sido más retador y a veces yo he pataleado y he exclamado en protesta y por frustración (y aún lo hago).

Y efectivamente, Holanda va a paso más lento que Italia y es menos llamativa que Italia. Pero también esto se ha convertido en una ventaja inesperada. De cierta forma, he aprendido a aminorar la marcha y a mirar más de cerca las cosas, ganando una nueva apreciación de las bellezas notables de Holanda, con sus tulipanes, molinos de viento y obras de Rembrandt.

He llego a querer a Holanda y a llamarla mi Hogar.

Me he convertido en un viajero del mundo y he descubierto que no importa donde se aterrice. Lo que es más importante es lo que se logre hacer del viaje y que se vean y disfruten de las cosas especiales, las cosas hermosas, las cosas que Holanda, o cualquier paraje, tiene que ofrecer.

Cierto, hace más de una década que llegué a un lugar que no había planificado. Sin embargo, estoy agradecida, porque este destino ha sido más enriquecedor de lo que hubiese podido imaginar.»

Autora: Emily Pearl Kinsgley, escritora del programa de TV «Barrio Sésamo», tiene un niño con Síndrome de Down

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Reflexiones sobre el Destete

Por Nathalie Clermont, IBCLC, RLC

Durante la lactancia, muchas madres ven cambiar sus ideas acerca del destete porque hay que confesarlo, la mayoría de nosotras tenemos alguna meta cuando iniciamos la lactancia. En el camino vamos aplazando la meta del destete o nos olvidamos por completo de ella y el tiempo pasa… Seguramente tendrá que ver con lo fácil y agradable que resulta ser la lactancia después de los primeros meses de adaptación con cada nuevo bebé.  No olvidemos aquellas madres que por falta de apoyo, de información  o por situaciones excepcionales no logran disfrutar de la lactancia y desean destetar antes de lo recomendado. Cualquiera sea nuestra situación, el tema del destete suele ser desafiante para la mayoría.
El destete es un proceso, no debería ser un acontecimiento repentino. Desde el primer momento en que el bebé ingiere algo que no sea leche materna, se inicia ese proceso que culminará con la última mamada. Esta última mamada puede suceder varias semanas, meses o hasta años después del inicio del destete. Cuando nuestro bebé comienza la alimentación complementaria, alrededor de la mitad de su primer año, empezamos su proceso de destete naturalmente.
La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar por lo menos 2 años. Estudios antropológicos demuestran que la edad de destete natural del ser Humano sería entre los dos años y medio y los siete años.  Si bien no todas las madres van a amamantar hasta los 2 años ó más, muchos bebés estarían dispuestos a ser amamantados hasta superada su necesidad. A eso lo llamamos un destete natural o guiado por el niño(a). Muchas madres que siguen con la lactancia después del segundo cumpleaños no se imaginaban que lo iban a hacer. Solo sucedió, porque es normal.
Las madres escuchan todo tipo de reglas, comentarios y prejuicios en relación con la edad en la cual debe efectuarse el destete de sus hijos. Deberíamos alentar e informar a las madres para que sean ellas quienes tomen esta decisión sin presión externa, escuchando sus corazones, mirando a sus hijos y evaluando sus situaciones individuales. El destete es un asunto personal e íntimo de cada familia, un asunto de crianza. Algo cierto es que todos se destetan algún día y cuando respetamos sus ritmos y capacidades vemos que el dejar de tomar pecho no genera ningún tipo de angustia o pérdida en el plano emocional. Amamantarse es una necesidad que, una vez superada dicha necesidad, cada madre remplaza por otras conductas de afecto. Cada madre debería poder sentirse libre de dar pecho tanto tiempo como quiere.
Amamantar es una relación donde además de leche abunda el amor y la confianza entre dos personas. El proceso de destete debería siempre ser llevado a cabo con amor, gradualmente, eliminando cada mamada una por una, sustituyéndolas con otro alimento, merienda o actividad, agregando siempre mucho cariño, abrazos, presencia y mucha paciencia. El destete es una etapa más del desarrollo, donde debemos estar atentas y respetar las necesidades y  sentimientos de los niños pero también de sus Madres.

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Carencia de Maternaje por Laura Gutman

Personalmente creo que todas las formas de violencia, pasivas o activas, concretas o sutiles, se generan a partir de la falta de maternaje, es decir, a partir de la falta en la calidad de atención, calidez, amor, brazos, altruismo, generosidad, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén….recibidos –o no- desde el nacimiento y durante toda la infancia.

Desde el punto de vista del bebé, toda experiencia sin suficiente apoyo y sostén, es violenta. Porque actúa en detrimento de las necesidades básicas.

Sencillamente, un bebé pequeñito llega al mundo sin ninguna autonomía. Recién adquiere la capacidad de desplazarse por sus propios medios alrededor de los nueves meses, gracias al gateo. Y necesita alrededor de dos años para tener conciencia de su ser separado. Y luego precisará varios años para que pueda salir solo a la selva urbana. Necesita del adulto para sobrevivir. Por supuesto que requiere que se le procure alimento, higiene, calma y silencio para dormir. También sabemos que el niño necesita contención, calor, cercanía de otro cuerpo, leche, mirada, palabras y sobre todo alguien que haga de mediador entre él y el mundo externo. Si no recibe una calidad de atención acorde con sus necesidades básicas, esa falta la vive como violenta. Es la violencia del desamparo.

 

La realidad es que la mayoría de los bebés llegan al mundo sin una mamá o persona maternante capaces de sostener y fundirse en la inmensa necesidad de ser sostenidos y acariciados en forma permanente. En la actualidad, los bebes no reciben incondicionalmente lo que piden, porque siempre hay un adulto cerca para no estar de acuerdo y para tener una opinión al respecto.

Generalmente se trata de las mismas madres amorosas que entramos en contradicción con nuestros propios pensamientos. El asunto es que no es un período para pensar. Es un período para entrar en fusión emocional. No hay que buscar razones, ni elegir concienzudamente la mejor opción. No hay reglas a seguir ni consejos aplicables. En estos casos los niños quedan prisioneros de lógicas incomprensibles, alejados de los brazos de sus madres y solos.

Los bebés unánimemente explican una y otra vez a través de sus interminables y prístinos llantos, dónde está su lugar. El bebé que no está en contacto con el cuerpo de su madre, experimenta un inhóspito universo vacío que lo va alejando de su anhelo de bienestar que traía consigo desde el período en que vivía dentro del vientre amoroso de su madre. El bebé recién nacido no está preparado para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta violenta separación de la díada causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. Cuando las expectativas naturales que traía el pequeño son traicionadas, aparece el desencanto, junto al miedo de ser nuevamente herido. Y después de muchas experiencias similares, brota algo tan doloroso para el alma como es el enojo, el miedo y la resignación.

Cuando ese ser tan pequeñito no se siente valioso ni bienvenido, se convertirá necesariamente en un ser humano sin confianza, sin espontaneidad y sin arraigo emocional. Todos los bebés son valiosos, pero sólo pueden saberlo por el modo en que son tratados. En los países “desarrollados”, las madres compramos libros con indicaciones sobre cómo atender a nuestros hijos, sobre cómo dejarlos llorar hasta que se duerman y cómo abandonarlos en el vacío emocional sin siquiera tocarlos. Las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad innata de criar a nuestros hijos, y desoímos los “motivos” que tienen los bebés para transmitir señales que  son inconfundiblemente claras.

La noche en particular puede ser terrorífica para los niños al no percibir ningún movimiento. El “tiempo” aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. De hecho, los niños lloran hasta dormirse. Al despertar, finalmente encuentran confort en brazos de sus madres. Pero ya no confían, están atentos y se aferran con vigor a los pechos calientes. Los muerden, los lastiman. Tienen miedo. Y así, una y otra vez hasta que abandonan. El miedo los acompañará siempre, incluso en esos momentos en que están reconfortados. Porque saben que el silencio volverá en cualquier momento a devorarlos. Nunca más dejarán de estar alertas. No cuentan con nadie y el mundo es hostil.

Cuando nuestros hijos lloran o reclaman “más de lo normal”, creemos que se han constituido en enemigos que las madres debemos vencer. La idea básica alrededor de esta moda estima que satisfacer las necesidades de un bebé o niño pequeño los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado. De hecho, los bebés siguen siendo “demandantes”, se enferman, se accidentan y nos traen muchos dolores de cabeza.

En la medida que van creciendo, la psique se organiza adquiriendo ciertos mecanismos de supervivencia, para sufrir lo menos posible. Algunos de esos mecanismos son visibles, como los niños que pegna o muerden para sentirse valiosos; otros son invisibles, como los niños que suelen ser víctimas de otros niños, o los que se deprimen o pasan desapercibidos, o bien los que se enferman con demasiada frecuencia, logrando de ese modo obtener la mirada y la atención que siempre necesitaron.

En la medida que no estemos dispuestos a atender y satisfacer las necesidades naturales y legítimas de los niños pequeños, estamos induciendo a perpetuar las dinámicas violentas. Porque un niño no satisfecho, es un niño que insistirá por diferentes medios conquistar lo que necesitó genuinamente. Así crecerá, se convertirá en adolescente, en joven y en adulto: como un ser necesitado. Entonces golpeará a otros, robará, manipulará situaciones, se convertirá en víctima de otros, luchará por obtener lo que creerá imprescindible para su supervivencia emocional. Aunque habrá olvidado lo que siempre quiso pero no podrá conseguir, por más fuerte y poderoso que devenga: no podrá obtener más mamá.

 

Todas las formas de violencia que tanto nos preocupan, tienen un común denominador: la necesidad primaria no satisfecha. Cuando algo vital para la supervivencia emocional, no lo podemos incorporar, nos desesperamos. Y la desesperación por vivir, nos obliga a buscar modos de apropiarnos de lo que sea. Puede ser el deseo del otro, el cuerpo del otro, el prestigio del otro, o lo que sea que la conciencia perciba como alimento espiritual.

Por eso, si reconocemos nuestras propias limitaciones afectivas, nuestras incapacidades para reconocer el deseo del niño que es diferente al nuestro (y justamente por eso no lo toleramos); veremos que la dedicación, el altruismo y el tiempo de dedicación exclusiva hacia los niños pequeños, constituye la verdadera prevención contra todo tipo de violencias.

Los niños sostenidos, acariciados y respetados están en paz consigo mismos. No necesitan luchar por un territorio emocional, porque les sobra. No hay guerra interna o externa para librar. No les incumben las peleas. Los niños amparados y fusionados saben que obtendrán lo que necesitan. Esa es la experiencia cotidiana que repiten a cada instante y que conforman una rutina sin sobresaltos. Así se establece la seguridad interior y posiblemente ya no se mueva nunca más de las entrañas de esos seres. Sentirse seguros, amados, tenidos en cuenta, estables y con total confianza en ellos mismos y en los demás…será obviamente el tesoro más preciado para el despliegue de sus vidas.

Laura Gutman

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CELOS ENTRE HERMANOS, UNA MIRADA DIFERENTE. por Laura Gutman

Artículo de Laura Gutman en la revista El mundo de tu bebé (nº 183), titulado

Con el test de embarazo en nuestras manos, y preparándonos mentalmente para la llegada de un nuevo hijo, apenas el niño llora pensamos: «Está celoso». Si se niega a comer: «Está celoso». Si está cansando y tiene un berrinche: «Está celoso». Si nos extraña tras la jornada de trabajo: «Está celoso».
Que la llegada de un hermano va a producir obligatoriamente una cascada de celos en los hermanos mayores es un prejuicio inventado, sostenido y afianzado por los adultos. Es una creencia compartida, y de tanto repetirla sólo se nos ocurre que al niño le sucede «eso» y no pensamos en otras posibilidades.
Basta pasear por las calles embarazada y acompañada por un niño de dos o tres años para que cualquier persona se acerque a decirle «pobrecito», dándole a entender que va a ser destronado de su supuesto reinado. Es un pensamiento tan común entre adultos que nos acomodamos en esa idea y, frente a algún síntoma o demanda delniño, no se nos ocurre reflexionar más allá.

PRIMERAS DUDAS
Con frecuencia nos sucede a la mujeres que, embarazadas por segunda vez, tenemos la sensación y el temor de que no podremos amar a «otro» tan profundamente como amamos a nuestro hijo ya nacido. Es tal la potencia del amor, la vivencia completamente nueva desde que somos madres, que creemos que será irrepetible tamaña intensidad. Sin embargo, el corazón de las madres no se divide, sino que se multiplica con cada hijo que nace.

TEMORES DESPLAZADOS
Lo comprobamos en cuanto nace el segundo hijo y el amor se instala con la naturalidad y el derroche de antaño. Una vez que hemos comprobado que no hay peligro, que podemos amar a dos hijos, luego a tres o a cuatro… desplazamos ese temor a nuestros propios hijos: suponemos que ellos no podrán amar a otro. Y que la presencia de un hermano pequeño necesariamente será en detrimento de no sabemos bien qué, pero que lo vivirán como un hecho negativo. Así lo decidimos.
A partir de ese momento, cualquier actitud molesta del niño, cualquier berrinche, llanto, enfermedad, mal humor, demanda, enfado, insastisfacción o inquietud la juzgaremos con la muletilla bien conocida por todos: «lo que le pasa es que está celoso». Y de ese modo, ya no nos molestaremos en averiguar qué es lo que necesita el nio en ese momento en particular. Simplemente daremos por hecho kque, en presencia de un hermanito en casa, indefectiblemente aparecerán los celos. Sin embargo, no es necesariamente así.
Resulta que ese mismo niño, mucho antes de la presencia de otro bebé en casa, también manifestaba sus inquietudes o necesidades, con mayor o menor suerte a la hora de ser respondido. Es importante tener en cuenta si antes delembarazo o nacimiento del hermanito, el niño o la niña mayor manifestaba síntomas parecidos. Veremos que en muchos casos su actitud no ha variado demasiado. Hay algo que necesita y que merece ser averiguado.

NO ES TAN FÁCIL
La mayoría de los adultos creemos estar dando a nuestros hijos todo cuanto necesitan. Sin embargo, la vida les resulta difícil aun en tiempos de tecnología y confort. Tienen gran cantidad de juguetes, ordenadores, juegos electgrónicos… pero pasan la maor parte del día solos, frente a la pantalla de la televisión, rodeados de adultos que exigen que se lo coman todo, se porten bien, hagan sus deberes, no molesten, se queden quietos y sean educados. La vida cotidiana de los niños pequeños modernos no suele ser demasiado encantadora. Eso es lo que quizás tendremos que atender: las necsidades concretas de cada nio.
Una vez que nace el hermano menor, acomodamos el pensamiento generalizado de que ahora dejará de ser el rey o la reina de la casa. El tema es que los niños no son ni reyes ni príncipes, no tienen vida de soberanos, sino que por el contrario tienen vidas bastante difíciles, enredados en sus propios mundos emocionales muky lejos del mundo de los demás. Raramente pueden contar con los adultos, no saben explicar lo que les está sucediendo y son generalmente juzgados por sus llantos, tristezas o angustias, recibiendo a cambio incomprensión. Hay pocos niños verdadereamente colmados viviendo dentro de familias armoniosas, en las que circula el amor y el diálogo en abundante gratitud.

MIRAR MÁS ALLÁ
Si en la mayoría de los casos estamos alejados del mundo interno de nuestros niños, si no nos ocupamos de averiguar, preguntar, acompañarlos y ayudarlos en sus búsquedas personales, será fácil que nosotros atribuyamos cualquer geswto de incomodidad a los supuestos celos hacia el hermano menor.
Si elevamos el pensamiento, admitiremos que no hay nada más maravilloso que el nacimiento de un hermano, que es el ser más par, más cercano, más «harmanado» que tendremos a lo largo de toda la vida. Y si los padres decidimos tener más hijos para amarlos, lo lógico es compartir ese fin con nuestros hijos ya nacidos para ampliar y aumentar nuestro campo de amor.

AMOR COMPARTIDO
¿Por qué estarían celosos? Nuestros hijos aprenderán a amar a sus hermanos si los incluimos en el mismo circuito de amor y dicha. Si demostramos la felicidad por la nueva presencia, si participamos todos en los cuidados del más pequeño, si respondemos a las demandas y necesidades específicas de los niños mayores y, muy especialmente, si esos niños mayores están acostumbarados a ser mirados y escuchados genuinamente por sus padres, no pueden existir los celos. Porque en esos casos no hay nada que el bebé pueda quitar al mayor. Cuando lcircula la generosidad y la comprensión entre unos y otros, cuando las palabras suavizan y explican los sentimientos confusos, cuando hay rdespeto por las necesidades de cada uno; un nuevo miembro de la familia sólo puede enriquecer las vivencias y las experiencias cotidianas de todos nosotros, incluidos los niños.

QUÉ NECESITA
Cuando nuestro hijo mayor pide algo «imposible de satisfacer» -y por lo tanto creemos que no tiene razón y que lo que le ocurre, simplemente, es que está celoso- podríamos dedicar luego un momento para permanecer con él y bucear juntos en su interior, tratando de averiguar si necesitaq más presencia de un adulto, si no le gusta la escuela, si está cansado, si extraña a un amigo, si pasa demasiado tiempo sin actividades lúdicas. Claro que no es fácil estar con varias pequeños a la vez. Y no es necesariamente la madre quien tiene que satisfacer todas las necesidades de cada niño. Pewro esas necesidades sí merecen ser reconocidas como importantes. Después podremos determinar qué otdra persona allegada puede acompañarle.
Cuando cada niño encuentre palabras para nombrar lo que desea, cuando cada niño sepa que cuenta con su madre, su padre u otro adulto que lo escucha y lo comprende, cuando cada niño obtenga un lugar donde desplegar sus inquietudes, no habrá mortivos para estrar celoso, por más bebés que sigan naciendo en esa familia. Los bebés que nacen no despiertan celos en los hermanos mayores. Sólo muestran necesidades emocionales que ya existían antes de su nacimiento.

ANTE EL DESCONCIERTO
Si las personas mayores decimos «está celoso» ante cada reclamo, el niño terminará por creerlo, aumentando el desconcierto hacia sus propias sensaciones y sintiéndose desvalido y sin recursos para enfrentar su desazón. El niño no está celoso. El niño tiene necesidades y merece ser escuchado y asistido.
Los celos entre hermanos son un invento de los adultos. Y sólo aparaecen cuando nosotros no somos capaces de satisfacer las necesidades genuinas de cada niño. No es verdad que un niño desee estar en el lugar del otro. En absoluto. CAda uno desea ser uno mismo, siempre y cuando reciba la atención y la satisfacción de sus necesidades emocionales mínimas.

CARIÑO DE IDA Y VUELTA
Los niños son naturalmente generosos cuando forman parte de un territorio amoroso para convivir. Y están ávidos por ayudarnos, ser útiles, facilitarnos la vida y ser amados por esos bebés que llegan al mundo para admirarlos. No hay mojor sonrisa que la que un hermano mayor puede robar a su hermano menor cuando éste aún es bebé.

CUANDO UNO SIEMPRE RECIBE
*En primer lugar, revisemos cómo hermos distribuido los roles dentro de nuestra familia.
*Observemos si hemos creado bandos de «buenos» y «malos» entre los adultos.
*Tratemos de comprender cómo empiezan este tipo de escenas antes de que el niño lastimado se nos acerque llorando.
*Entendamos que los celos no tienen nada que ver y que estamos poniendo rótulos a situaciones que no hemos logrado comprender en su totalidad.
*Si no sabemos cómo desarmar las dinámicas donde un niño pega a su hermano, pidamos ayuda.

SI TODOS OPINAN QUE ESTÁ CELOSO
*Expliquemos a nuestro hijo que estamos orgullosos de él, por cómo es capaz de cuidar al pequeño, de avisarnos cuando llora, alcanzarnos los pañales o explicarnos qué le sucede al bebé cuando nosotros no logramos decodificar sus reclamos.
*Digamos a los demás kque nuestro hijo está feliz por la llegada de su hermano, y gritemos a los cuatro vientos que es sumamente bondadoso con el pequeño, así el niño se sentirá reconocido en nuestras palabaras y estará preparado para seguir sintiendo dicha y alaegría en su corazón.
*Nombremos el cansancio, el hastío o el aburrimiento que obligan alniño a perder la paciencia. Entonces él sabrá que sabemos y comprendemos lo que le sucede, aunque no podamos ayudarlo en ese preciso momento.

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